¿CUAL ES DEL ORIGEN DEL TEJIDO.?
EL TEJIDO ORÍGENES.
Una de las actividades más antiguas que realiza el hombre es el arte de entrelazar las fibras textiles animales o vegetales para
protegerse de las adversidades climáticas esta necesidad se remonta al comienzo
y viene prácticamente desde sus orígenes: LA TEXTILERÍA, pues muy pronto el
hombre vio la necesidad de cubrir su cuerpo y protegerse de las inclemencias
del clima, fue una necesidad humana de protegerse del frío, de
la lluvia, y de otros efectos climáticos. Se puede afirmar que en esa época se
realizaron los primeros entrecruzamientos de fibras; fue ése el remoto
principio de la industria textil.
Las
leyendas históricas y monumentos de pueblos primitivos se refieren a los
vestidos; en las antiguas tumbas de los reyes egipcios se encontraron momias
recubiertas de tejidos de lino y algodón. Respecto a las primeras civilizaciones, en
Egipto, ya se hacían prendas más elaboradas y como material principal, se
utilizaba el lino; mientras que en Mesopotamia, se solía vestir con largos
mantones de lana adornados con franjas de colores vivos, pliegues y mechones de
tela.
Los egipcios y babilonios cultivaban linaza, y
posteriormente, los fenicios la intercambiaron con otros pueblos de la región.
Los egipcios desarrollaron una sofisticada “industria” del lino. La
consideraban una fibra tan valiosa que incluso se llegó a utilizar como moneda.
Se consideraba símbolo de ligereza y pureza, y llegó a convertirse en una
muestra de riqueza en la vida de ultratumba. Las mortajas de los faraones
importantes solían estar hechas de 1,000 metros de lino de la mejor calidad, y
algunas estaban tan bien hiladas y tejidas que todavía no han podido imitarse
mediante métodos modernos.
Se cree que
la seda natural se conoció y empezó a emplearse en China 4000 años a.C. De
China se difundió a la India y a Siria desde donde, luego, los mercaderes
occidentales la llevaron a Roma en el primer siglo de nuestra era.
A principios del neolítico aparecen las técnicas del hilado y del tejido.
Estas técnicas florecieron cuando el hombre no sólo cultivó el lino para hacer
lienzos, sino que empezó también a esquilar los animales para aprovechar su
lana. El progreso gradual del hilado y del tejido puede seguirse en los restos
de telares y otros implementos encontrados en las excavaciones.
El hilado y el tejido suponen tres grandes
inventos. Ni el lino ni la lana aparecen en condiciones de ser hilados de
inmediato.
El lino se arrancaba por las raíces y las semillas
tenían que ser descascarilladas o desprendidas de los tallos por medio de un
instrumento parecido a un peine. Después los manojos de lino eran enriados,
esto es, la parte leñosa de las fibras se dejaba pudrir para poder separarla
fácilmente de las fibras que había dentro del tallo. Espadiñando el lino batiéndolo
con mazos de madera sobre piedras planas, se eliminaban las partes leñosas.
En la misma forma se recogía la lana después de
esquiladas las ovejas. El vellón era entonces cuidadosamente lavado para
eliminar la suciedad y la grasa. Enseguida se cardaba la lana (se peinaba con
cepillos con respaldo de cuero llamados “cardas”.
Las fibras de lana se tendían así paralelamente y
se limpiaban para formar una mecha que enseguida se colocaba sobre una
horquilla (la rueca) para hilar.
Las largas fibras de lino se unían torciéndolas
para formar un hilo flojo, a medio torcer, llamado “primera de torsión”. Los
rollos de este hilo o mechas de lana quedaban listos así para la segunda
operación de importancia: el hilado. Su característica fundamental era una
combinación de torcido y estiramiento del lino, retorcido inicialmente como ya
se indicó, o de la mecha, en una hebra de grosor y resistencia uniformes. Esto se
lograba adhiriendo la mecha a un huso consistente en un palo delgado que
llevaba un disco de arcilla o piedra, llamado “volante”.
Dejando caer el huso, un buen trozo de la mecha se
estiraba y retorcía gracias a la rotación del huso. La hebra así formada se
devanaba en el huso y la operación se repetía. Así se obtenían carretee; de
hebra de lino o de lana. El producto obtenido se lavaba, blanqueaba o teñía en
la forma deseada.
Finalmente venía la tercera operación: el tejido.
La modalidad más sencilla de telar era un marco con una serie de hilos
paralelos que pasaban generalmente por encima de la cabeza del tejedor a una
vara horizontal y se mantenían tensos atando un peso a cada uno. Esta serie de
hilos, colocada en el telar, se llamaba “la urdimbre”.
La experiencia adquirida en la fabricación de
cestas y en el tejido de esteras se utilizó para elaborar los tipos primitivos
de tela o lienzo. Entre los hilos tensos en la urdimbre se tejía entonces la
trama para formar un tejido.
Esta operación se simplificó muy pronto gracias a
alguien que tuvo la brillante idea de hacer correr uno de cada dos hilos de la
urdimbre haciéndolo pasar por un pequeño bucle o presilla de hilo sujeto a una
vara. Cuando esta vara se impulsaba hacia adelante, se levantaban los hilos
alternativamente y el hilo de relleno podía pasar fácilmente entre las dos
series de hilos y, con presión, unirse a los otros hilos de relleno para hacer
una tela consistente.
En Grecia se utilizaba el lino, la lana, el algodón y la seda. El vestido más
antiguo, era la exomis una
túnica griega usada por los trabajadores y la infantería ligera. Esta reemplazó
en gran medida al viejo quitón como
la túnica principal de los hoplitas (soldado griego) a fines del siglo V a. C.
Se componía de dos rectángulos de tela.
En Roma el manto más famoso de los romanos y
quizás de todos los tiempos, era la toga que consiste en una larga tela de alrededor de 6 metros
de longitud. Se portaba enrollada alrededor del cuerpo de una manera especial,
símbolo de la ciudadanía masculina. Inmenso y pesado chal, siempre de lana y
blanco, daba trabajo al gremio más próspero de las ciudades romanas el gremio
de los lavanderos de togas, que las blanqueaban con orines y otros productos
repelentes. La toga era forzosa vestirla con la ayuda de una mujer o un
esclavo. No obstante, a partir del siglo III EC comienza su declive en favor de
una toga menos pesada y ajustada al torso con un procedimiento aún desconocido
(toga contabulata) y sobre todo del palio griego, de lejos más ligero y
manejable.
En el caso de las mujeres la prenda más usada
era la estola, La vestimenta característica de las mujeres romanas equivalente
en cierto modo a la toga de los varones. En la época primitiva de Roma la toga,
o la versión más rudimentaria de ésta, fue usada tanto por varones como por
mujeres. Sin embargo ya en época temprana, y posiblemente influenciada por el
khiton griego, las mujeres la sustituyeron por la estola.
La estola era una vestidura plisada y larga hasta los pies, que se llevaba encima de una túnica interior (túnica íntima). Generalmente tenía mangas y se sostenía con tirante.
En nuestro continente (América) los textiles
andinos pre hispánicos datan de hace 8,000 años a.C., y se originan como
cobertores confeccionados a partir de fibras vegetales como el junco, totora o
agave y fueron utilizados para cubrir las precarias viviendas construidas por
las sociedades cazadoras-recolectoras de esos tiempos. Posteriormente con la
domesticación de camélidos, algodón y la aparición del telar, aproximadamente
3,000 años a.C., los tejidos adquieren una connotación superior a las
necesidades domésticas, siendo portadoras de connotaciones religiosas y
suntuarias, alcanzando su máximo esplendor durante la época Inca donde se les
consideró uno de los elementos de tributo de mayor valor.
Más de 600 años después, las técnicas ancestrales siguen vivas y son parte de la tradición de las comunidades andinas.