Inicios de la Orfebrería
La historia de la orfebrería es muy antigua. Ya en la prehistoria,
los seres humanos elaboraban piezas de cobre, bronce, plata y oro, como vasijas, estatuas y collares. Las primeras ornamentaciones eran
geométricas, con líneas rectas, círculos y unas pocas curvas. El primer oro
trabajado del que se tenga registro se encuentra en la Necrópolis de Varna, un yacimiento arqueológico en Bulgaria que
data del período calcolítico. Allí se hallaron casi un millar de objetos de
oro como cetros, brazaletes y collares.
El oficio del orfebre, en su esencia y carácter,
fue uno de los primeros en nacer tan pronto se formaron sobre la tierra los
primeros grupos sociales.
Al despertarse en el hombre el gusto por el adorno,
inherente a la condición humana, nació el orfebre. La vida civil y la religiosa
usaron siempre y en todas partes la orfebrería. Es un oficio que persiste en
una trayectoria casi no interrumpida a través del tiempo, con una intacta
pureza que justifica su prestigio multisecular. Prestigio que se debe a la
calidad de las obras y a la riqueza de los materiales de que se sirve.
En la sabiduría popular, en forma de proverbios
inspirados tanto en la excelsitud del oro como en la pureza de la plata. Como
todo arte, la orfebrería es hija de los distintos estados de cultura de los pueblos, y ha reflejado en perfecta
sincronización, la curva ascendente o descendente de la vida de los mismos.
Los primeros hallazgos de orfebrería son sencillas piezas de cobre que datan del final del
periodo neolítico seguidas muy pronto de las de oro, plata y bronce, al abrirse la
edad que recibe el nombre de este último metal.
Los objetos que se labraron con dichos materiales
consistían en diademas lisas a modo de cinta, gruesos brazaletes y collares rígidos (o torques) de una pieza, terminada por bolas piriformes,
otros collares formados por sartas de bolitas perforadas y, en fin, anillos y pendientes de forma circular sencilla.
Con el tiempo se lograron desarrollar diversas
técnicas de orfebrería. El proceso comenzó a incluir la fusión del material
bruto, el martillado, el batido, el cortado, el acabado y el chapado o dorado.
Los ensambles, por su parte, podían realizarse mediante distintos tipos de
soldaduras. Los orfebres actuales apelan a numerosas técnicas decorativas para
crear verdaderas obras de arte.
La ornamentación de tales preseas, cuando existe, es
puramente geométrica y se limita a surquillos rectos y en zig-zag, dientes,
circulillos, puntos hechos a martillo, etc. Como cosa excepcional, se existe
del antiguo Egipto algún cuchillo de sílex con
guarnición y vaina de oro, ornamentadas con florones y figuras de animales. Se
labraron también de cobre y de bronce agujas, cuchillos y armas diferentes en
forma de flechas, espadas y hachas con alguna ornamentación
geométrica en el puño y con un temple y corte bastante fino en la hoja.
La orfebrería egipcia, datada desde la época
predinástica, y empleó con profusión el oro en utensilios valiosos. También para recubrir o chapar otros
de bronce, piedra o madera. Consta
que las minas de cobre de la península del Sinaí se explotaron desde épocas de las primeras
dinastías.
Las vasijas de uso cotidiano en templos, palacios y casas
de los nobles, eran normalmente de oro con relieves y grabados de figuras
dispuestas alrededor de las mismas. En oro, bronce dorado y marfil (raramente en plata, muy escaso en Egipto) se
labraron muchísimas estatuillas en honor a las divinidades y altos personajes.
Asimismo fueron adornados de pedrería los tronos, muebles, brazaletes, collares, anillos, etc. Se
revestían con planchas de oro o de electrum las puertas de los templos, los
relieves de piedra y aun los zócalos y obeliscos más estimados. Se empleaba el
bronce, como material ordinario en utensilios domésticos y en estatuas
adornándolas a veces con incrustaciones de oro y plata.
Las técnicas empleadas en el trabajo del oro
fueron muy sencillas al inicio. El martillado en frío proporcionaba láminas e
hilos que podían adoptar formas diferentes. Posteriormente, pero aún en una
época temprana, se utilizaron el calentado y la fusión. Los avances técnicos
supusieron una diversificación de las formas.
·
Fusión
del material bruto:Obtenido el metal, se prepara en bruto fundiéndolo en un
crisol a 1.063 °C para eliminar impurezas, posteriormente se vierte en un
recipiente y se deja fundir.
·
Martillado
y batido: Separado el metal del recipiente, se realiza el batido y/o
martillado, para el batido se necesita interponer un material flexible (cuero, tela,…) entre el metal y la herramienta para
obtener láminas finas y evitar huellas o roturas. El martillado supone golpear directamente
el metal para darle forma de lámina, lingote.
·
Cortado y
acabado: El cortado se realiza a través del simple doblado, marcando la línea
de corte con una incisión. El acabado generalmente se practica por la cara
externa o visible de la pieza y consiste en una limpieza o pulido por fricción
o abrasión, valiéndose por ejemplo de arena.
·
Remetido
y embutido: El repujado se fundamenta en la realización de motivos con un cincel de punta roma para evitar que se corte la
lámina, o bien con punzones que permitan curvar el metal sobre sí
mismo y definir grietas profundas desde el reverso, para que salgan en el
anverso. Si la pieza se trabaja por el anverso sobre un cuerpo ya en relieve,
se trata de un «embutido», técnica que requiere trabajar sobre un soporte
blando aunque consistente para que la lámina se mantenga fija.
·
Puntillado:Esta
técnica decorativa se realiza con un cincel desde el reverso de la pieza,
obteniendo motivos a base de puntos en relieve por el anverso.
·
Decoración
incisa:Se consigue mediante la incisión con un buril sobre la pieza y bajo un soport e firme que sujete el objeto.
·
Estampado:Consiste
en presionar a golpe de martillo con un punzón metálico sobre el reverso de una
lámina; en el extremo del punzón se halla el dibujo que se quiere reproducir en
relieve. Cuando el punzón deja su marca sólo por una cara del metal se llama
«estampación por impresión», mientras que cuando deja un relieve por una cara y
un hueco por otra se denomina «estampación repujada».
·
Filigrana:Es
un esquema decorativo diseñado mediante hilos que se sueldan a una lámina de
base. Para fabricar los hilos hay dos métodos: en un caso, se parte de una
lámina cortada en tiras estrechas que se enrollan sobre sí mismas sujetándolas
por un extremo, lo que les deja marcas helicoidales de retorcimiento; y en el
otro, se realiza un fundido previo en molde para obtener la forma de hilo y
después se martillea hasta obtener la sección deseada. Se llama «filigrana
sentada» cuando los hilos se sueldan sobre una base, y «filigrana al aire o
calada» cuando los hilos se unen entre sí, sin base.
·
Granulado:Se
basa en el mismo principio, y en él los hilos se sustituyen por pequeñas
esferas de oro. Consiste en soldar pequeños gránulos o esferitas de oro a una superficie
formando diversos motivos. Generalmente «filigrana» y «granulado» se combinan
entre sí, y a veces también con otras técnicas, alcanzando una gran complejidad
compositiva.