10 ideas de negocios para emprender en solitario y conseguir el éxito.
Cómo emprender en solitario
El proceso de creación de una nueva empresa suele ser algo desconocido para la gran mayoría de los emprendedores. Si, además, opta por hacerlo en solitario, el panorama se complica...
Una de las primeras inquietudes que suele aparecer en la mente de los nuevos emprendedores es la de si están preparados para dirigir una empresa. Como afirma Javier Inaraja, autor de Lánzate ya (Planeta Empresa), “emprender es una opción que puede adoptar cualquier persona. Pero aquellas que están más preparadas suelen tener mayores posibilidades de sobrellevar los avatares que supone crear y consolidar un negocio”.
Y es que vivir de una actividad empresarial es una carrera de fondo. Los que terminan ganando no son siempre los que parten en primer lugar en los primeros metros del recorrido. Aquí, como en el deporte profesional, la confianza en uno mismo, la tenacidad y la capacidad de sufrimiento son los factores que empujan a llegar a la meta. Ahora bien, en igualdad de condiciones, son los que se preparan a conciencia y saben ejecutar mejor las técnicas quienes tienen más posibilidades de acabar entre los primeros.
Emprender paso a paso
Para facilitar el proceso, este libro propone 10 pasos para convertirse en autoemprendedor o emprendedor individual. Pasos que siguen una secuencia lógica, partiendo de unas etapas iniciales –analizando la capacidad emprendedora y la viabilidad de la idea de negocio–, para acometer las fases más complejas –los cálculos financieros, elegir la fórmula jurídica de la empresa, las diferentes fuentes de financiación a las que puede recurrirse, etc.–, hasta la apertura de la nueva empresa.
Un proceso, además, en el que se tienen en cuenta no sólo las cuestiones formales –como la elaboración del plan de negocio, los trámites necesarios, etc.– sino otros aspectos que, desde el punto de vista del autor, son igual de importantes (como desarrollar contactos profesionales, buscar opciones rentables a la hora de radicar el negocio, compatibilizar la vida privada con el emprendimiento, etc.). En cada uno de ellos se ofrece información concreta y práctica, completada con múltiples recursos a los que se puede acceder a través de Internet, para que el emprendedor vaya desarrollando el proceso de creación de su empresa.
Siempre con un plan
Todo futuro negocio, independientemente de la dimensión que tenga, debería basarse en un plan de empresa o business plan”, afirma Inaraja. Para él, “es la única forma de ver si verdaderamente es viable.
El plan de negocio te ayudará además a mejorar tu idea, ya que hará que te enfrentes a la realidad: las ventas, los gastos, las inversiones.... y te hará cambiar algunos aspectos que hasta que no se analizan sobre el papel no se ven claramente”. No es la única ventaja de elaborar un plan. “A posteriori, cuando tengas tu empresa en marcha, te permitirá observar si se van cumpliendo tus previsiones y, en caso contrario, las áreas que pueden estar fallando y en las que debes incidir para reconducirlas”.
Ahora bien, un plan de negocio no es una garantía ilimitada contra el fracaso, pero sí aumenta las posibilidades de no errar a la primera de cambio. Además, es imprescindible si pretendes conseguir financiación ajena para tu proyecto.
Qué, quién, dónde, cómo y cuánto
Son las preguntas básicas que, según este libro, debe responder un plan de negocio. Es decir, más concretamente, debe describir la idea; presentar a la persona que va a ponerla en marcha; analizar el entorno en el que va a operar; explicar el plan previsto para lanzarla al mercado; y analizar los costes que suponen y los beneficios esperados.
Visto así parece sencillo, pero, señala Javier Inaraja, “por mi experiencia, elaborar el plan de negocio es uno de los primeros obstáculos que suelen encontrarse muchos emprendedores. La solución ante este temor no es otra que seguir la estructura, haciéndolo paso a paso, e ir desarrollando cada apartado en la medida de tus posibilidades”.
Cometerás fallos, seguramente, pero debes plasmar tu visión personal del proyecto. Luego, lo más aconsejable, es optar por que lo analice y te asesore un experto en temas de creación de empresa (de entre las múltiples instituciones que ofrecen ayuda) o del sector de actividad al que te vas a dirigir.
Otro punto que destaca este libro para no errar en las previsiones económicas del plan es la de “informarse a fondo de lo que puede suponer cualquier gasto, comisión, tipo de interés, plazos, etc., a pesar de que parezca poco significativo. Las cifras que debe contener el plan económico-financiero han de ser fiables. No vale con presupuestar por encima el coste de una campaña de buzoneo de publicidad, debes informarte de cuánto te cobraría una empresa especializada si lo realizaras de verdad, incluso, atreverte a pedir un presupuesto”.
Métodos alternativos
Otro aspecto al que presta especial atención este libro es el ofrecer alternativas que pueda realizar el propio emprendedor, con el consiguiente ahorro de gastos. Por ejemplo, en el caso del marketing, los servicios que ofrecen las compañías especializadas en estudios de mercado suelen ser excesivamente caros para alguien que va a crear una pequeña empresa. Por ello se enumeran otros métodos alternativos que, aunque menos fiables, son fáciles y económicos. Como pueden ser:
Opiniones de expertos. Resulta interesante someter la idea de negocio a la consideración de expertos del sector en el que piensas emprender. Esto aporta datos muy valiosos, si bien debes hacerlo con precaución ya que corres el riesgo de que te pisen la idea.
Observación directa. Puedes obtener personalmente información básica sobre la competencia relativa a horarios, servicios que presta, precios y personal de que dispone, etc. Otra opción, también, es vigilar la conducta de compradores y distribuidores para conocer el entorno de tu futuro negocio.
Censos empresariales. Estos te ayudarán a detectar empresas con servicios/productos similares al que piensas lanzar. Algunos son publicados por las Cámaras de Comercio (www.camaras.org), las organizaciones empresariales, los departamentos de industria de algunas comunidades autónomas o la Dirección General de la Política de la Pyme (www.ipyme.org).
Registro Mercantil. Gran parte de las empresas, las que están constituidas como sociedades mercantiles, se hayan obligadas por ley a presentar sus cuentas anuales en este registro. En ellas encontrarás su balance y su cuenta de resultados, lo que puede servirte para analizar cuáles son las cifras económicas en las que se mueve un negocio similar al que pretendes montar. Puedes pedir las cuentas anuales de una empresa a través del servicio de Internet del Colegio de Registradores (www.registradores.org).
Estudios sectoriales. Los puedes encontrar ya hechos en las Cámaras de Comercio, ministerios, organismos públicos (como el ICEX), organizaciones empresariales, revistas sectoriales, consultoras, etc. También puedes recurrir a estadísticas oficiales y encuestas que publican organismos públicos como el Instituto Nacional de Estadística (www.ine.es) o el Centro de Investigaciones Sociológicas (www.cis.es).
Pseudocompra. Consiste en adquirir algún artículo o servicio similar al que piensas lanzar al mercado. Es útil para obtener información sobre las actitudes de venta: los argumentos que se emplean, promociones, formas de pago, etc.
Conseguir financiación
Un tema siempre complicado, pero que lo es aún más desde hace unos años, y para el que también se ofrecen posibles alternativas. Así, se describen las características de las fórmulas habituales de que disponen las entidades financieras (préstamo, póliza de crédito, descuento comercial, microcréditos, factoring...), del renting y el leasing, de los avales de Sociedades de Garantía Recíproca, ayudas y subvenciones, capital riesgo, business angel... Incluso, lo que hay que tener cuenta si la familia te presta dinero.
Como se recomienda en el libro “escudriña todas las posibilidades de conseguir financiación y acude primero a las que creas que puedes tener más posibilidades. Pero guárdate en la manga una plan B, con otras entidades y tipos de financiación, por si éstas fallan. Tantea con otros emprendedores y empresarios como está la situación, qué entidades están dando más facilidades o para qué tipos de productos financieros están poniendo más trabas. Acude a asociaciones empresariales, cámaras de comercio, organismos públicos y cualquier otra institución, ya que pueden tener suscritos acuerdos con entidades financieras o programas que facilitan el acceso a la financiación para la creación de empresas”. En esto, como en muchos otros aspectos, hay que ser tenaz.
Los trámites para empezar
Por último, también se describen los trámites legales que hay que realizar para iniciar la actividad. Unas decisiones que también conviene meditar ya que “el que se retrase un permiso o una licencia puede suponer que el negocio, a pesar de estar ya listo para funcionar, tenga que esperar para iniciar la actividad. Darse de alta en un régimen fiscal que no sea el más adecuado va a implicar el pago de un sobrecoste al empresario. Y así puede suceder con muchas obligaciones legales y fiscales”.
Y uno de los puntos en los que más se hace hincapié es en el tipo de forma jurídica bajo la cual se va a realizar la actividad. “Muchas personas deciden ejercer como autónomos por parecerles una complicación crear una sociedad. No obstante, siempre es aconsejable analizar los beneficios que puede tener el actuar como una sociedad limitada: mayor accesibilidad a ayudas y subvenciones, mejor imagen de cara a proveedores y clientes, más posibilidades de desgravación fiscal, limitación de la responsabilidad son, entre otras, cuestiones que conviene sopesar”.
Completan este libro, como ya se ha comentado, otros aspectos inherentes al proceso de desarrollo de un negocio como son la resistencia psíquica, hacer frente al estrés, conseguir el apoyo familiar, etc., ya que emprender es, además, una actividad social en la que intervienen personas, emociones, relaciones, intereses,...”. Y hay que estar preparados también para esto.
¿Es tu idea viable?
Tener una idea sobre una oportunidad de negocio suele ser el primer paso para que un emprendedor se ponga en marcha. Esta se irá puliendo y mejorando con el desarrollo del plan de empresa, pero siempre es recomendable realizar una primera valoración sobre si es realmente viable. Para ello puedes hacerte unas simples preguntas:
¿Qué ventajas ofrece mi producto/servicio frente a lo que existe en el mercado? Se trata, sobre todo, de identificar aquellas por las que los futuros clientes van a elegirnos a nosotros en vez de a la competencia. Y esto significa que debe proporcionar algún valor real (más cómodo, más rápido, más fiable, más barato,....).
¿Quiénes van a pagar por él? Ya conoces tus ventajas competitivas... pero te falta saber qué tipo de clientes estarán dispuestos a pagar por ellas. Y si ese público potencial es suficiente como para mantener tu negocio.
¿Cómo son mis competidores? Debes conocer bien a tus rivales: cómo trabajan, qué precios tienen, qué aspectos de ellos te conviene incorporar, ampliar, etc.
¿Dónde voy a comercializarlo? Es un mercado maduro o con potencial de crecimiento (en 2006 se abrieron miles de agencias inmobiliarias que un año después cerraron).
¿Cuándo voy a vender más, menos o nada? Todos los negocios tienen estacionalidad y ésta va a supeditar la necesidad de financiación.
¿Cuánto tiempo y dinero tengo que invertir? Siempre se tarda más de lo previsto en abrir una empresa y un retraso pueden significar mayores gastos... y un gran tropiezo.
Networking, el salvavidas del emprendedor
Hoy en día existen multitud de eventos, comunidades, blogs, foros, congresos, etc., que ponen en contacto a personas con un mismo afán: montar su propia empresa.
Desarrollar contactos profesionales, o hacer networking, es una actividad que te permitirá crecer como emprendedor y, sin duda, te ayudará a mejorar tu plan de negocio. Entre las múltiples ventajas que puedes obtener de ello está el poder intercambiar tus experiencias con otros emprendedores, dándote cuenta de que no estás solo y de que tus inquietudes son normales; aprender de los más experimentados y extraer interesantes consejos para aplicarlos a tu idea de negocio; o hacerte con contactos que no solo te ayudarán en la fase de lanzamiento sino cuando ya esté funcionando tu empresa. Sin olvidar que, si hasta ahora no has cultivado tus habilidades para relacionarte profesionalmente, esto te servirá de entrenamiento para adquirir una competencia obligatoria para alguien que quiere dirigir una empresa.
Por todo ello, es recomendable asumir el networking como una tarea más dentro del proceso de emprender.
La tecnología, un gran aliado
Las ventajas que aporta el uso de la tecnología a cualquier negocio está fuera de toda duda. Incluso el más modesto ahorrará tiempo y dinero y ganará en eficacia. Una simple base de datos de clientes permitirá hacer campañas de promoción o fidelización, un programa de contabilidad ahorrará horas y horas de hacer cálculos, o un simple procesador de textos evitará tener que redactar una carta o una factura nueva cada vez que haya que hacerlas.
Pero ya no se trata sólo de usar la tecnología como una herramienta que mejore y simplifique la gestión de la empresa, debe ser un factor más del proceso de negocio. El mismo entorno en el que nos movemos demanda servicios y productos adaptados a un mundo cada vez más tecnificado. Hasta una tienda de ropa puede incorporar tecnologías que lo hagan más atrayente: probadores de imagen virtual, iluminación por leds, ambientes controlados por ordenador, etc. Bien aplicada, la tecnología es un factor más para el éxito.
Vida privada y emprendimiento, asignatura pendiente
Tu vida privada, por mucho que algunas personas se empeñen en pensar lo contrario, se verá afectada por el esfuerzo que requiere montar una empresa. En este, como en otros aspectos, lo deseable es que seas sincero contigo mismo y con los que te rodean.
Surgirán problemas, habrá tensiones, deberás coger esa llamada del móvil en medio de la cena... Es mucho mejor que, desde el primer momento, tengas claro que tu vida va a cambiar. Pero esto no tiene por qué ser malo. Al fin y al cabo, es algo que tú has elegido.
Lo racional es estar preparado y ponerse límites (a qué hora pondrás el buzón de voz en el móvil, por ejemplo). Hay que prender a compatibilizar los dos mundos, y para ello nada mejor que comunicarte con los tuyos. Cuéntales cómo te va, qué te ha pasado durante el día, tus inquietudes,... Ellos se sentirán partícipes y tú tendrás la gran ventaja de no sentirte sólo en esta aventura.