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Crónica de un plato venezolano



Muchos chefs y gastrónomos reconocidos a nivel mundial saben que la cultura de un país, una región o población está en un plato. Es por eso que vemos personas como Anthony Bourdain o el mismo Gordon Ramsey, quienes son fieles creyentes de que los platos tradicionales o típicos no deben ser rechazados: en ellos está la tradición de la gente, su cultura.

La gastronomía venezolana tiene mucho de nuestras raíces indígenas, así como ha recibido diversos aportes culturales a lo largo de los años, tanto desde el momento de la colonización como incluso mucho después de la colonia.




Nuestras primeras influencias vinieron de los esclavos africanos, así como de los españoles, quienes habían estado previamente en contacto con otras culturas europeas como la francesa, por ejemplo. Esto fue un choque de culturas, tanto por todo lo que la colonización implica sino también por las cosas nuevas a las que todos se habían visto sometidos: los indígenas a la cultura europea y los españoles a la realidad de los indígenas.

Palafitos, canoas y maíz. Los indígenas no solo tenían sus propias costumbres sino también frutas, verduras, hortalizas que los españoles desconocían. El cacao es un ejemplo, pero la papa, que es uno de los alimentos más consumidos en el mundo, también. Asimismo, los indígenas tenían platillos sumamente curiosos a los ojos de estos europeos recién llegados. La manera de cocinar también: el uso del budare se mantiene hoy día.

La hallaca (o hayaca) es un ejemplo del conglomerado de culturas que la comida venezolana tiene: plato y preparación indígenas con ingredientes añadidos provenientes de Europa u Oriente Medio, como sucede con las alcaparras y aceitunas, por ejemplo.


La arepa y el casabe son alimentos indígenas propiamente dichos, pero la sal, el azafrán, romero, laurel, emtre otros fueron importados por los españoles. Incluso los africanos aportaron su grano de arena con el jengibre o los famosos pilones con los cuales se machacaban algunos ingredientes.

Ya a mediados del siglo XIX, Venezuela se abrió, culinariamente hablando, a más culturas: llegaron los portugueses, italianos, turcos, griegos y demás pobladores del mediterráneo.
 La cultura gastronómica venezolana es muy rica tanto en su historia como en sus aportes. Está errado el pensar que un plato es únicamente indígena, o únicamente español: en él convergen conocimientos que han ido propagándose a lo largo del tiempo y costumbres adquiridas de otras tradiciones.