Rosquillas de anís caseras
Rosquillas de anís caseras
Rosquillas de anís caseras. Presentación:
Las
rosquillas de anís son uno de los clásicos de la repostería casera. He de
reconocer que en mi familia esta tradición no existe, así que he tenido que
hacer una llamada a una excelente amiga repostera, que me ha pasado su rica
receta. Es una receta muy fácil y la masa, no necesitar fermentación, se
prepara muy rápido. A los niños les encanta porque pueden jugar con la masa
como si fuera plastilina y esta es una de las razones por las que merece la
pena hacerlas en casa. Luego, verás qué bien se las comen y con la tranquilidad
de que las que se hacen en casa sabes lo que llevan.
Quizá te
estés preguntando si pueden comerlas los niños por llevar anís entre sus
ingredientes. Te aseguro que sí, que la cantidad de licor es muy baja y además
el alcohol se evapora al freír. Así que prepáralas tranquilo, que son muy
sanas. Recuerda que hay que comerlas con moderación, eh!
Como ya
habrás probado las rosquillas alguna vez, seguro que sabes lo ricas que están.
También te quiero decir que todas son diferentes aunque la receta tenga la
misma base: huevos, leche, azúcar, harina, levadura y anís. Luego ya las
cantidades y aromas que se les añade son al gusto de cada uno y el tamaño, que
mientras a unos les gustan rosquillas enormes, otros preferimos hacerlas más
pequeñas y caer más veces en la tentación. Tú decides cómo te gustan más.
Ingredientes
- 2 huevos
- 750 g aproximadamente de harina (la que admita)
- 200 g de azúcar
- 250 ml de leche
- 100 ml de aceite
- 1 sobre de levadura o polvo de hornear (16 g)
- 60 ml de anís
- ralladura de un limón
- una pizca de sal
- aceite de girasol para freír
- azúcar para rebozar
1.- Casca los huevos en un bol y añade el azúcar. Bate hasta
blanquearlos y verás que han aumentado de volumen.
2.- Añade una pizca de sal, el aceite, la leche, el anís y
la ralladura del limón. Bate bien de nuevo. Mezcla la mitad de la harina con la
levadura química o polvo de hornear y tamiza encima del bol. Bate bien.
3.- Añade la harina poco a poco hasta que la masa se espese.
Debe quedar una masa blanda que cuesta remover con la cuchara o espátula.
4.- Espolvorea la superficie de trabajo con harina, vierte
la masa y trabájala hasta que tenga la consistencia deseada. Debe quedar
blanda, pero que puedas trabajarla con las manos para formar las rosquillas de
ançis caseras.
5.- Tapa con un paño y deja reposar unos diez minutos para
que sea más manejable.
6.- Transcurridos los diez minutos, con las manos
enharinadas, toma una porción de masa del tamaño de una nuez y modela churritos frotándola entre tus
manos. Junta las puntas con un poco de presión.
7.- En una sartén con abundante aceite (en este caso he
usado el de girasol porque no aporta sabor), fríe las rosquillas de anís
caseras. Deja que se doren por los dos lados. Si fuera necesario, añade más
aceite cuando veas que se baja el nivel porque si las rosquillas tocan la base
de la sartén, se queman enseguida. Recuerda que la levadura química o polvo de
hornear hará que crezcan mucho, así que deja una buena separación entre ellas
al freír. En la imagen te enseño la diferencia de tamaño entre una rosquilla
cruda y una frita.
8.- Cuando hayan crecido dales la vuelta y cuando se doren
déjalas encima de un papel de cocina absorbente para quitar el exceso de
aceite. Mientras estén calientes, pásalas por un plato en el que hayas colocado
azúcar y rebózalas.
9.-Déjalas en un plato o rejilla para que se enfríen. Una
vez frías, guárdalas en una caja de lata. Aguantarán varios días. Aunque se
sequen, que se secan, las rosquillas de anís caseras siguen estando muy ricas.