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¿Te sientes triste? El pan podría ayudarte


La doctora Marilú Acosta asegura que acompañar las penas con pan las hace más llevaderas.

Este alimento es uno de los representantes por excelencia en el mundo de lo que es la solidaridad y la comida, desde siempre, ha tenido una relación con lo social. Hace miles de años, la cacería era un acto que se realizaba en conjunto entre individuos de una misma tribu, por lo que la comida se compartía. Cuando los primeros molinos aparecieron, el pan también debía ser compartido dado el esfuerzo que todos ponían para cosechar el trigo o preparar este alimento.


El pan, desde entonces, tenía ese carácter de cohesión. Sin mencionar que la comida es un elemento importantísimo en todas las sociedades no solo por lo necesario que es sino también por ser un representante de su cultura e historia.

Pero, entonces, ¿cómo es que el pan ayuda a las penas? La doctora explica que las penas nos llevan a un estado de estrés, produciendo así adrenalina en nuestro organismo. Esta adrenalina hace que nuestros órganos trabajen al máximo y se desgasten, impidiendo que recuperen elementos bioquímicos como las hormonas o neurotransmisores. De esta forma, tenemos una enorme cantidades de energía gastada en mantener ese estado de estrés.


El pan ayuda a llenarnos de energía gracias a los carbohidratos. Ya en el torrente sanguíneo, se convierte en glucosa y ésta produce endorfinas, las cuales nos dan una sensación de alegría y tranquilidad. Nuestro cuerpo se siente saciado y, por ende, en paz.

Si tienes una pena, puedes pasarla con pan y quizás la compañía de un ser querido. Los ejercicios tanto físicos como mentales también ayudan a relajar tu cuerpo y mente. Hacer yoga o manejar bicicleta siempre son buenas opciones.

Fuente: Crónica.