Escuela de Artes y Oficios en Medellín
En la casa Zea, ubicada en el centro, opera la nueva Escuela de Artes y Oficios de Medellín, donde 155 artesanos fortalecen sus saberes para reivindicar la tradición y los valores artesanales de la ciudad.
La fase 1 del proyecto Escuela comenzó su operación a finales de agosto de este año, por iniciativa de las secretarías de Desarrollo y de Cultura, con el acompañamiento de Artesanías de Colombia.
De los artesanos que participan actualmente, 80 son unidades productivas artesanales del Pueblito Paisa y de otros programas de la Secretaría de Desarrollo Económico, y 75 más son beneficiarios de la Secretaría de Cultura, entre los que hay artesanos de San Alejo.
“La labor que hacemos en este arranque de la Escuela no es de formación sino de fortalecimiento del artesano. Se trabaja con aquellos que ya tienen alguna experiencia porque la idea es orientar en principio el trabajo de personas con potencial para ser maestros en su oficio, posibilitando que la tradición pueda extenderse a las nuevas generaciones”, destacó la gestora del proyecto, Ana María Ramírez.
De acuerdo con lo señalado por ella, en la ciudad de Medellín el porcentaje de artistas manuales que están clasificados dentro de los oficios de bisutería, marroquinería y joyería es muy alto. Está faltando mayor exploración en otros oficios artesanales como la metalistería o la orfebrería, y es lo que impulsará en parte la Escuela.
Son cuatro módulos a partir de los cuales se desarrolla el proceso de formación. En el primero, denominado Producto y Diseño, se brindan herramientas para la creación, mejoramiento o diversificación de un producto.
Otro de ellos, Precio y Costos, establece pautas para la valoración y definición de precios, de acuerdo con los mercados y los productos que ofrezcan. El módulo de Promoción y Marca muestra estrategias de mercadeo y definición de imagen e identidad de marca.
"La labor que hacemos en este arranque de la Escuela no es de formación sino de fortalecimiento del artesano"
El curso Plaza y Mercadeo sirve para analizar la competencia a la que se enfrentan de cara a sus propios productos, a la vez que se aprende a identificar el consumidor, explica la directora del programa, Mónica María Díaz.
El programa realiza un trabajo de identificación de experiencias y niveles de técnica, para distinguir a aquellos artesanos que tienen un conocimiento más a fondo de la técnica con respecto de los que están en un proceso de exploración del producto a partir de la innovación.
Orientados a la meta de reivindicar los valores artesanales de la ciudad de Medellín, la Escuela ha incorporado metodologías orientadas a la creatividad mediante ejercicios de sensibilización sobre lo que es la ciudad, con el fin de que conozcan el bagaje cultural que existe.
Busca que haya un proceso de pensamiento en torno a la creación y que el grupo de artesanos participantes empiece a diseñar a partir de elementos del entorno.
Por ejemplo, que al elaborar un tejido ellos puedan sentir que existe una fuente de inspiración muy propia, que sale de la observación y de los referentes de la ciudad.
Hace poco hicieron un taller donde se les puso a observar la formación y construcción del Palacio de la Cultura. Ellos miraron los ladrillos y apreciaron el color, las formas y las texturas y a partir de allí tuvieron su proceso de creación.
Escuela que promueve también la identidad
Con dicha metodología, la meta es hallar un elemento que identifique a Medellín, una forma común, un distintivo que sea exclusivo de los artesanos de la ciudad, para crear un producto que sea autóctono y representativo así como lo es por ejemplo la cerámica en el Carmen de Viboral.
También elegirán otros sitios turísticos y escogerán algún oficio en el que dejarán trabajando a los artesanos, de manera que las personas que estén visitando esos lugares se puedan involucrar apreciando esta demostración para generar posicionamiento turístico de los oficios artesanales.
El curso Plaza y Mercadeo sirve para analizar la competencia a la que se enfrentan de cara a sus propios productos, a la vez que se aprende a identificar el consumidor, explica la directora del programa, Mónica María Díaz.
El programa realiza un trabajo de identificación de experiencias y niveles de técnica, para distinguir a aquellos artesanos que tienen un conocimiento más a fondo de la técnica con respecto de los que están en un proceso de exploración del producto a partir de la innovación.
Orientados a la meta de reivindicar los valores artesanales de la ciudad de Medellín, la Escuela ha incorporado metodologías orientadas a la creatividad mediante ejercicios de sensibilización sobre lo que es la ciudad, con el fin de que conozcan el bagaje cultural que existe.
Busca que haya un proceso de pensamiento en torno a la creación y que el grupo de artesanos participantes empiece a diseñar a partir de elementos del entorno.
Por ejemplo, que al elaborar un tejido ellos puedan sentir que existe una fuente de inspiración muy propia, que sale de la observación y de los referentes de la ciudad.
Hace poco hicieron un taller donde se les puso a observar la formación y construcción del Palacio de la Cultura. Ellos miraron los ladrillos y apreciaron el color, las formas y las texturas y a partir de allí tuvieron su proceso de creación.
Escuela que promueve también la identidad
Con dicha metodología, la meta es hallar un elemento que identifique a Medellín, una forma común, un distintivo que sea exclusivo de los artesanos de la ciudad, para crear un producto que sea autóctono y representativo así como lo es por ejemplo la cerámica en el Carmen de Viboral.
También elegirán otros sitios turísticos y escogerán algún oficio en el que dejarán trabajando a los artesanos, de manera que las personas que estén visitando esos lugares se puedan involucrar apreciando esta demostración para generar posicionamiento turístico de los oficios artesanales.